Todo tiene un principio. La semilla de esta historia es sembrada a finales de los '70s, con un engendro rodado en Super 8 por Nick Zedd, y conocido como They Eat Scum, con la ingrata Donna Death, y secuencias de ingestión forzada de una rata (viva) por parte de un punk ruinoso, ó la desintegración jugosa de una enorme cucaracha mutante. A su estreno en el Max's, en 1979, acudió el magno John Waters para felicitar a su alumno aventajado -los inadaptados aprenden antes la lección- y la respuesta no pudo ser más alentadora. En el Wall Street Journal, el film fue calificado como "la más vil y revolucionaria manifestación de sadismo jamás vista", y se pidió acciones legales para evitar la proliferación de semejantes aberraciones. De tal guiso arranca una de las tendencias más desvergonzadas y facciosas que el cine norte americano ha conocido. La provocación agresiva y la transgresión se erigen en los dogmas sagrados y en el objetivo último de la nueva escuela. No hay esperanza para las clases bien pensantes. El apocalipsis de las buenas costumbres ha llegado. El demonio de la revuelta ya tiene nombre: The Cinema Of Transgression.
Dicen que la mala hierba crece rápido y se esparce con una facilidad asombrosa. Zedd, alentado por la aceptación de su ópera prima, rueda The Bogus Man y Geek Maggot Bingo, una auténtica pieza de culto que incluso motivó el interés de la Troma, y contó con maquillajes especiales del mítico Ed French, a quien convencieron -aseguran- a base de drogas. Zedd dirigió algunas secuencias por teléfono, incapaz de enfrentarse a la magnitud de su engendro. Poco después, arrastrado por su relación con Lydia Lunch, futura musa del movimiento, rodaría The Wild World Of Lydia Lunch, con la chica paseando por el parque, columpiándose y confesando sus más íntimos secretos a la cámara. El arte del sopor en todo su apogeo.
En 1984, empieza a gestarse la colaboración entre Nick Zedd y Richard Kern (un fotógrado atraído sexualmente por las mujeres rasuradas y la crueldad mental que ya había rodado algunos bodrios sin importancia), en la que intervendrían, de forma esporádica, gente como Casandra Stark, Lung Leg, Henry Rollins, Jim Feces ó la misma Lunch, muchos de ellos futuros enemigos del tándem.
Kern, rueda Manhattan Love Suicides, una recopilación de cortos chalados con apariciones y cameos destacables. Su romanticismo decadente e histriónico los hace definitivamente imprescindibles; en Stray Dogs, el pintor David Wojnorowicz es perseguido hasta su estudio por un Zedd alucinado y homosexual que acabará licuificado ante la agresión pictórica del maestro. En la misma época, Zedd, dirige Thrust In M, donde hace las veces de muchacha yonqui y su novio desiquilibrado, permitiéndose así recrear una bizarra de sexo oral necrofílico consigo mismo.
Las obsesiones de un individuo siempre acaban, antes ó después, revelándose como verdades absolutas. Con Fingered, The Right Side Of My Brain (donde Lydia Lunch es violada y golpeada repetidas veces) y Submit To Me (más reincidiría con Submit To Me Now), Kern se sumerge de lleno en sus más recónditas inquietudes sadomasoquistas, desarrollando imágenes brutales de dominación sexual y violencia. Además, se casa con una tal Audrey Rose (cuyos pezones serán salvajemente perforados en Pierced) y forma una ruidosa banda llamada Black Snakes. Poco antes, había realizado Death Valley 69, un video clip para los Sonic Youth, con maravillosos resultados.
La provocación es un arte rotundo. Su práctica requiere una sensibilidad intensa y una visión socio cultural que permita su aplicación con eficacia. En Totem Of The Depraved, Zedd, intenta mantener relaciones sexuales con un can, mientras que en King Of Sex, bajo la dirección de Kern, lo hace con dos mujeres y lo pretende (sin resultados) con el demente Rick Strange, por aquel entonces gravemente afectado por el alcohol, a saber.
Pero muy pronto, sus intenciones darían un giro inesperado, probablemente a raíz de alguna experiencia personal con la brutalidad policial. Nick abandona momentáneamente la rebeldía rancia y gratuita de sus inicios en favor de una actitud más comprometida. En Police State, una suerte de simbiosis entre violencia extrema y humor oscuro, Zedd se interpreta a si mismo siendo detenido por un policía de modo arbitrario, luego interrogado, apaleado y torturado en una comisaría. Tras la proyección del film ("la obra underground más ansiosamente esperada desde Lucifer Rising") en Tompkins Square, se produjeron diversos disturbios policiales. El fotógrafo Clayton Petterson registró con su video cámara seis horas completas de bestial represión policial. Más tarde sería detenido e interrogado por negarse a poner el material grabado a disposición de un tribunal encargado de investigar los hechos.
Paralelamente, Kern rueda You Killed Me First, con la bellísima Lung Leg (Lisa Carr) en el papel de una chica rebelde que, agobiada por su familia burguesa, acaba masacrándola durante la cena. Poco después, tras rodar su propia película (en la que se exhibe devorando un enorme gusano negro), la actriz viajará a Minneapolis y enloquecerá fumando crack y otras cosas. Declarada legalmente oligofrénica por el estado de California, Leg vive actualmente obsesionada por una diosa comunista de la guerra llamada Ninny, que la tortura, según sus propias palabras, y es capaz de convertir a las personas en esqueletos. Ninny autoperfora cada una sus vértebras y se inyecta diversas modalidades de veneno letal, mientras planea destruir la Navidad y convertirla en una devastadora festividad fascista.
En 1988, Kern viaja a San Francisco y se rinde a la vida salvaje. Paralelamente, Zedd funda un cine club llamado The Invisible Cinema On Sundays. Durante seis meses, se proyectan en el antro films underground en la línea de Sleazy Rider de John Motisugu, o la increíble Where Evil Dwells, de Tommy Turner. Zedd, visiblemente inspirado, rueda, además, Whoregasm, un porno soft en el que él mismo aparece relacionándose sexualmente con Susan Manson, la obesa y tatuada diosa del sexo. El film sería censurado de por vida (escena de 10 minutos en la que Manson aparece masturbándose con dinero norte americano) por el gobierno de Canadá que, por si fuera poco, canceló la proyección de su obra completa de un show de Toronto por considerarla "inmoral e indencente", mientras Richard Kern -huyendo del abismo tan temido- regresa a New York. Cuando el infierno empieza a tomar forma, nada mejor que largarse.
A finales de 1989, Zedd presenta una retrospectiva de sus films en el Museo de Arte Moderno, un acontecimiento que marcará una nueva era. Empero, la controversia no deja de acechar. En el festival de Berlín, Kern debe hacer frente a una horda de feministas histéricas que pretenden impedir la proyección de Fingered. Las locas lanzan pintura azul sobre el proyector, mientras Kern abandona la sala. También Zedd conocerá la ira de las feministas del este de Berlín, Hamburgo, Bremen y Nurnberg. En esta ocasión, la pantalla es rociada con ácido y el público obsequiado con una lluvia de deyecciones de gato, sin siquiera sospechar que semejante escándalo solo puso mas feliz al cineasta. En una estación ferroviaria de Dinamarca, Zedd es detenido por la policía bajo las acusaciones de "no te queremos en Dinamarca, deberías buscar un trabajo". Al cabo de unas horas, es deportado y obligado incluso a correr con los gastos del desplazamiento.
La historia no detiene. De nuevo en NY, Kern rueda Nazi y algunas otras cintas, inmerso en una renovada dirección creativa consistente en mostrar mujeres sin ropa y con pistolas. El numerito de Annabelle Davis en Nazi constituye un ejemplo más que significativo y gratificante.
Zedd, entretanto, publica Bleed, un libro preñado de rabia sobre su vida y sus experiencias como cineasta underground (sexo, drogas, emoción, violencia y locura son sus sujetos), participa en algunos films ajenos con Richard Hell y el legendario Johnny Thunders (No Such Thing As Gravity, Shadows in the City) y rueda su War In Menstrual Envy a finales de 1990. El film, una suerte de epopeya de ciencia ficción ultra trash ambientada en noviembre de 2092, ofrece la particularidad de estar interpretada por Kendra Pfhaler y la porno star Annie Sprinkle. Además, presenta a Steven Oddo, un recién llegado (al que le gusta auto mutilarse en público, su cuerpo está totalmente cubierto de cicatrices), el que al final de la película, graba en su pecho el título con una cuchilla. Sangre a borbotones, real como sucia vida. Oddo suele presentarse ante una audiencia envuelta en ruido indistrial y mutilar su rostro al grito de "¡Los odio!".
Mala estirpe nunca muere. Dicen que con la edad se llega a superar el capricho de la rebeldía que los años doman el espíritu de la juventud encendida. Y sin embargo, hay quien esquiva el destino sin dificultad y logra mantener rígidas sus más sediciosas actitudes. Tal vez ellos lo hayan conseguido y sigan siendo la pandilla basura de entonces. Los chicos malos e incorregibles del corral.
"Para mi, lo mejor de la vida es la muerte" ¿Para quien no?
Fuente: revista "Zineshock"